La noche es cómplice

Tu te redescubres amante
con mi cuerpo en sus manos gritando en el silencio de la noche sus debilidades.
Me acaricias, y tus besos son dulces exigente
sellos indelebles palabras susurradas a los ojos.

El amor se convierte en un verbo
Infinito e indefinible en el hechizo de un instante
en que carne y espíritu se juntan.

Eres un escalofrío
que se desliza por la espalda
haces fuego que arde entre los muslos
donde la tuya y mi fuerza explotan.

Encontrarme para confundirte en este abrazo que habita lo eterno.

No me preguntes si aun te amo.

No me preguntes si soy feliz.

Pero escuchamelas respuestas están aquí 

para marcar la verdad con negro sobre blanco.

Contigo, renací en el mundo con ropas nuevas.
Traduzco los vacíos en tu ausencia y el viaje toma vuelo.
Persigo siguiendo tu rastro
Porque el mío y tu destino son una trama ...